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miércoles, 28 de abril de 2010

CONSECUENCIAS MORALES

La guerra supuso una verdadera fractura moral del país. Varias generaciones marcadas por el sufrimento de la guerra y la represeión de la larga posguerra.
El régimen de Franco nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó y celebró su origen bélico. Las heridas de la guerra civil perduraron durante decenio y la persecución y represión de los vencidos por un rasgo clave del franquismo.

CONSECUENCIAS SOCIALES

El resultado de la guerra trajo consigo la recuperación de la hegemonía económica y social por parte de la oligarquía terrateniente,industrial y financiera. Paralelamente,se dio la pérdida de todos los derechos adquiridos por los trabajadores.

CONSECUENCIAS ECONÓMICAS

La guerra fue una verdadera catástrofe económica. Un dato revela su magnitud: la renta nacional y la renta per cápita no recuperará el nivel de 1936 hasta la década de 1950.
Estos fueron los principales elementos de esa catástrofe económica:
-Destrucción del tejido industrial del país, lo que llevó a la vuelta en los años cuarenta a una economía básicamente agraria.
-Destrucción de viviendas, se calculan en unas doscientas cincuenta mil, comunicaciones, infraestructuras...
-Aumento de la deuda externa y pérdida de las reservas de oro del Banco de España, usadas por el gobierno de la República para pagar la ayuda soviética.

CONSECUENCIAS DEMOGRÁFICAS

Se han dado cifras muy dispares al contar las pérdidas demográficas que causó el conflicto: los muertos en el frente y por la represión en la guerra y en las posguerra, el hambre, las epidemias; la reducción de la natalidad...
Los cálculos más aceptados estiman en 500.000 muertos, el coste demográfico de la guerra y la posguerra.A ello habría que añadir la cifra de no nacidos y la pérdida de población joven.
Otro elemento clave de las consecuencias demográficas fue el exilio republicano. Ya durante el conflicto, los "niños de la guerra" fueron evacuados a países extranjeros, pero el gran éxodo tuvo lugar en enero y febrero de 1939, consecuencia de la conquista de Cataluña.
En conjunto, se calcula que hubo unos 450.000 exiliados. Aunque algunos fueron retornando durante la dictadura, muchos no volvieron a España o esperaron a la muerte del dictador en 1975. Este exilio supuso una importante pérdida demográfica para el país: una población joven y activa, que incluía a gran parte de los sectores más preparados del país: las elites científicas, literarias y artísticas de la Edad de Plata.